Sofía (14) es una enérgica adolescente que vive con su familia en una pequeña casa de Antofagasta. Al enterarse de que el cáncer de su abuela Mimi (62) ya está en su fase terminal, quiere mantener su optimismo y decide pasar sus últimos días junto a ella, preparando el velorio y funeral. Pero, poco a poco, comenzará a entender que aceptar el dolor es parte de crecer.